Tratamiento del dolor, un paliativo que se acerca a la solución
El dolor es algo que, al igual que el placer, acompaña al ser humano desde su origen. Sin embargo, convivir con él puede convertirse en una experiencia de resiliencia o en un padecimiento insoportable. Los especialistas en Medicina del dolor se ocupan de aliviarlo y, desde distintos enfoques, tratan de mejorar la calidad de vida de los pacientes que lo atraviesan.
Según la Asociación Internacional para el Tratamiento del Dolor (Iasp por su sigla en inglés), es “una experiencia sensorial y emocional desagradable que se asocia a una lesión real o potencial de los tejidos o que se describe en función de dicha lesión”. Siempre subjetivo y por el mismo hecho de que somos seres humanos, no existe sin participación de la emoción. “Es lo que el paciente dice que es y lo que la persona que lo siente describe en función de dicha lesión, con varios grados de malestar, de leve a severo”, explica la especialista en Anestesiología, experta en dolor y cuidados paliativos, María de los Ángeles Pruvost.
Subjetividad
Como el dolor es subjetivo, a veces es imposible de objetivar por medio de estudios. Es lo que la persona describe que siente y no lo que los demás piensan que puede o debe ser. Por eso es importante que quien lo sufre encuentre la mejor manera de expresarlo ante quienes están en condiciones de ayudarlo. “Cuando alguien se enferma, todas las dimensiones de su persona se verán afectadas, por lo que para que los tratamientos sean efectivos, la ayuda y el apoyo a los pacientes debe ser total y global, abarcando la atención del cuerpo, los pensamientos, sentimientos, la familia y grupo que lo rodea”, agrega Pruvost, pionera en tratamientos del dolor en Córdoba y exjefa de la Sección Dolor y Medicina Paliativa del Servicio de Anestesiología del hospital San Roque.
El abordaje para tratarlo es biopsicosocial e interdisciplinario. Hay que considerar los factores no sólo biológicos, sino también psicológicos y sociales que afectan e inciden en las personas que padecen algún dolor que altera su calidad de vida. “Esto nos permite individualizar el tratamiento a la necesidad de cada paciente y es por ello que intervienen diversas disciplinas en su tratamiento (médico clínico, médico del dolor, psicólogo, fisioterapeuta) en estrecha comunicación”, señala la doctora María Eugenia Passadore, anestesióloga experta en dolor y cuidados paliativos que trabaja en el servicio del Hospital Privado. El concepto de dolor total, si bien fue desarrollado por la británica Cicely Saunders, experta en cuidados paliativos, puede aplicarse a todos los pacientes que lo padecen.
Dolor Total
El dolor total puede producir depresión, lo que puede ser causado por la pérdida de la posición social, trabajo, ingreso y prestigio; por el desplazamiento del rol familiar, la presencia de fatiga crónica e insomnio, o el sentido de desamparo y desfiguración. Otra consecuencia puede ser la ansiedad, miedo al hospital o asilo, preocupación por la familia, miedo a la muerte o al propio dolor, desasosiego, culpa, preocupación por las finanzas familiares, pérdida del control corporal, o inseguridad sobre el futuro. Además, puede provocar ira, ante la lentitud de las instituciones para acompañar al paciente en el problema, o por el aislamiento generado por la falta de visita de amistades, demoras en el diagnóstico o fracaso terapéutico. Desde la fuente somática del dolor total puede haber síntomas como debilidad, efectos colaterales de la terapia, ya sea por patología no cancerosa o cáncer.
UMBRAL DEL DOLOR
El umbral del dolor es la capacidad que tiene cada individuo para soportarlo. Cada persona siente y lo exterioriza de una manera diferente. Hay otros factores como el estado de ánimo, expectativas, nivel intelectual cultural y educacional que influyen en la intensidad. También ciertas creencias, como la idea de que soportar el dolor santifica o que el dolor es un castigo.“Estudios epidemiológicos han demostrado que el umbral del dolor en la mujer puede ser más bajo, pero que la experiencia de la maternidad suele equilibrarlo. Hay otros factores más importantes que el sexo de la persona”, considera Marta Leguizamón, jefa de la sección del dolor y medicina paliativa del hospital San Roque.
Tipos
En 1945, el anestesiólogo italiano radicado en Estados Unidos John Bonica definió al dolor como “epidemia mundial silenciosa”. Bonica trataba a pacientes que venían de la Segunda Guerra Mundial. Recién en 1953, se consideró el dolor como especialidad y se consideró la necesidad de abordarlo desde la transdisciplina. Él dijo: “Tenemos que hacer algo por los pacientes con dolores crónicos”. Así nació la Asociación Internacional para estudio del dolor (Iasp) que todos los años establece un tema para concienciar sobre el dolor.
En lo que respecta a la cronología, el dolor puede clasificarse en agudo y el crónico. Este último es “aquél que persiste más de tres a seis meses, o que perdura más allá del período de cicatrización de la lesión que lo causó”, afirma Passadore. Y asegura que el dolor crónico “está asociado a numerosas modificaciones emocionales, y las repercusiones personales, familiares y sociales que produce pueden alcanzar proporciones considerables a tener en cuenta”.
La fisioterapia tiene un papel importante en el alivio. “Dependerá del diagnóstico etiológico del dolor el rol que ocupará como único tratamiento o como complemento del tratamiento, ayudando a la restauración de la función músculo-articular”, indica Leguizamón.
Cuando el tratamiento es farmacológico, es preciso recordar que todas las drogas deben tener una indicación y un uso preciso. Los medicamentos tienen efectos colaterales conocidos y los pacientes deben ser informados sobre ellos cuando acuden a la consulta.
Fuente: http://www.lavoz.com.ar/salud/tratamiento-del-dolor-un-paliativo-que-se-acerca-la-solucion