Es una técnica alimentaria por medio de la cual cada persona debe complementar de manera correcta la proporción de vitaminas, proteínas, etc. que provienen de la ingesta de los alimentos cotidianos.

Numerosas molestias como el cansancio, la debilitación de los estímulos, la fatiga profunda, el nerviosismo, elevados accesos infecciosos, deficiente capacidad retentiva, disminución de la memoria instantánea, vienen siendo aceptados como símbolos de envejecimiento; y sin embargo tales síntomas son con frecuencia simples consecuencias de una insuficiencia vitamínica o una alteración del equilibrio mineral, pudiendo ser eliminados adoptando una dieta acomodada a su caso particular a través la Nutrición Anti-envejecimiento.

En situaciones normales una persona madura no necesita ciertamente una dieta específica; basta con una dieta equilibrada, más bien pobre en calorías. Saber distribuir el acopio nutritivo en 5 comidas, prestar cuidado a la sal y a los estimulantes, como el alcohol y el café, consumir en abundancia frutas y verduras y cambiar el pan blanco por el integral, por ejemplo; todo ello contribuye ciertamente a la conservación de la salud, y con ello a una vejez rica en vitalidad.

Nuestro propósito es elevar la calidad de vida de nuestro pacientes. Teniendo en cuenta que el hombre y la mujer de hoy necesitan sentirse bien con su cuerpo, con energía y saludables para seguir un ritmo de vida cada vez más exigente.